viernes, 30 de septiembre de 2016

Singladura num. 19 En busca de puerto seguro

Al levantarnos ya había zarpado el velero griego que arribaba a Kápsali justo antes que nosotros. Y poco después un catamarán que había fondeado antes del anochecer se preparaba para levar ancla y partir. Mientras estábamos desayunando vimos como fondeaba un gran crucero a vela - especie de bricbarca, o corbeta - del Club Mediterraneé, el Club Med 2, a media milla del puerto. Enseguida botaron una chalupa, que se dirigió al muelle, al extremo del muelle que estaba acotado para ellas. Mas tarde botaron otras chalupas para trasladar cruceristas al puerto.



A las 08.30 HRB hemos levado ancla, para zarpar y costear por el E de esta isla. La idea es buscar un puerto en el que amarrar estos días de forma que sea cómodo el saltar a tierra, y de entrar al barco. Dentro de tres días hay cambio de tripulación, y para ello debemos buscar un nuevo puerto. Respecto a nuestra planificación inicial de la travesía, hemos ganado un día, que vamos a aprovechar para hacer esa búsqueda con tranquilidad.



De no encontrar ese puerto con un amarre adecuado, la alternativa es la de fondear cerca de un puerto e ir en zodiac desde el barco al muelle a recoger a los nuevos tripulantes, para trasladarlos junto con sus maletas/bolsas de viaje al barco, al cual subirían desde el bote. Si en esos momentos la mar y el viento no están en calma, esa maniobra se complica bastante.

Diez minutos después de levar ancla, hemos izado génova y quitado motor, pero al poco, a las 08.50 HRB, hemos vuelto a arriar la vela, y seguir a motor, ya que la brisa era demasiado suave.



A las 10.00 HRB hemos entrado en Agios Nikolaos, un pequeño puerto pesquero, junto al pueblo de Avlemonas. En él solo había un punto de amarre para veleros, y éste estaba ocupado por un velero británico. Al salir por la bocana, fuera de ella estaban fondeados tres veleros, todos ellos con linea a tierra.




De no encontrar un puerto seguro, este lugar podría ser una opción. Hemos continuado navegando unos minutos mas hacia el W, fondeando a las 10.20 HRB en Ormos Nikolaos, en (35º 13´,2 N, 023º 03´,4 E). Enfrente teníamos una larga playa, bastante solitaria.



Una vez nos hemos asegurado de que el ancla estaba firme, seguro en el fondo, nos hemos estado bañando mas de una hora. En ese tiempo, Fernando y Jaime han nadado hasta la playa, para conocerla así como su entorno, mientras yo permanecía nadando cerca del barco. La playa es de guijarros, como muchas otras en las islas griegas. Y como playa solitaria también en esta existe una zona ocupada por nudistas.



Poco a poco han ido llegando mas bañistas, tanto familias enteras como grupos de jóvenes.

La brisa que teníamos hacía peligrosa la posición en la que estábamos, por la posibilidad de bornear entrando en aguas de escaso calado. Por ello, hemos levado ancla dirigiéndonos media milla mas al E, fondeando de nuevo en una zona de 4 m de profundidad. Después nos hemos vuelto a bañar hasta la hora de la comida.

Ésta ha empezado con un aperitivo, para seguir con una ensalada mixta, con toque mallorquín, y pollo asado sobre cama de patatas, cebolla y tomate. Después del postre, a base de fruta, hemos tomado café con whisky. Durante la sobremesa hemos escuchado música de Paco de Lucia, la cual ha sonado durante hora y media. Paco de Lucia era un magnífico guitarrista, que transmitía muy bien su pasión por la música. Siempre es un placer escucharle.

Tras una breve siesta, a las 16.45 HRB hemos levado ancla, poniendo rumbo a Dhiakofti, el siguiente puerto al N en esta costa E de Kíthera. Antes de arribar a dicho puerto hemos pasado muy cerca del barco Nordland, varado en el año 2000 en el islote Prasonisi por error del oficial de puente, ya que en aquel momento no había temporal alguno. De él emerge la proa, permaneciendo el resto del casco bajo la superficie.



Hoy en día, este pecio es un atractivo destino para los buceadores.

A las 17.30 HRB nos abarloábamos al terminal del ferry del puerto de Dhiakofti, a popa de un pesquero en el que estaban preparando sus artes de pesca para salir de noche. Este muelle es de reciente construcción, y realmente está ubicado en el islote Makrykitheraplano y unido por un puente a la isla de Kíthera. Al final de ese puente está el pueblo y un pequeño puerto pesquero, destinado a pequeñas barcas de pesca. 



Por ello, los veleros que acuden a Dhiakofti si no encuentran amarre en ese muelle del ferry, han de fondear en medio de la rada. En el terminal del ferry solo existe un edificio, en el que tienen sus oficinas dos agencias, la de venta de tickets para dichos ferries, y la de alquiler de coches.



Ambas oficinas se abren exclusivamente cuando existe necesidad de ello, es decir, existe demanda de tickets o cuando han de recogerse o entregarse vehículos de alquiler a turistas que llegan en barco, y que precisan de ellos para sus desplazamientos por la isla.



Estos ferries conectan la isla con puertos del Peloponeso, de Creta y con el Pireo. Su estancia en Dhiakofti dura escasamente hora y cuarto, tiempo en el que desembarcan su carga y vuelven a embarcar nueva carga para su siguiente destino.

A la caida del Sol hemos ido andando al pueblo, para pasear por él, y buscar una taberna en la que cenar. Nada mas pasar el puente está una taberna, con una sencilla construcción de madera, en cuyas terrazas había varias mesas ocupadas. Pensamos que podría haber alguna taberna mejor que ella, por lo que hemos continuado nuestro paseo por la playa. A lo largo de ésta hay diversos edificios en los que han abierto tabernas. Había una que tenía estaba bien decorada, de restaurante "con pretensiones", pero en la que no se veía cliente alguno. Y también había otras tabernas que no nos atrajeron mucho.



Por ello, decidimos volver sobre nuestros pasos, y sentarnos en una mesa del ZEFYROS Sea Restaurant, el primero que habíamos visto. Desde su terraza se ve perfectamente, aunque en la lejanía, el pecio del Nordland. La playa que hay delante de esta taberna es amplia y de arena muy fina.



Su carta es corta, como es habitual en Grecia, pero de buena calidad. Hoy hemos tomado ensalada griega, ternera saganaki, hamburguesa y cerdo con setas. Todo ello regado con cerveza muy, muy fría. En este país el formato de cerveza habitual - sea de la marca que sea, local o internacional - es el de 50 cl. Y con el calor que hace aquí, ese medio litro cae fácilmente.

Después de cenar, Jaime y yo nos hemos retirado al barco, mientras Fernando se quedaba charlando con el tabernero, Éste, como él, ha vivido tiempo en Italia por lo que ambos dominan el italiano. De hecho este tabernero tiene clientes italianos fieles, entre los numerosos turistas de esa nacionalidad que veranean en esta isla.

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