domingo, 25 de septiembre de 2016

Singladura num. 15 Navegamos rumbo Rethimno

Efectivamente, como anoche temíamos, a las tres y media de la mañana empieza la actividad aérea en el aeropuerto de Heraklion, despegando los primeros vuelos. Al menos así es en los meses del verano. La orografía de la isla ha llevado a construir ese aeropuerto a muy pocos kilómetros de la ciudad.

Para ir a Knosos, la parada terminal del autobús urbano que sale en esa dirección está a la salida del puerto, donde ademas está una parada de taxis, que hacen una buena oferta para las excursiones a dicho emplazamiento arqueológico. Y a las 08.03 h sale el primer autobús que es el que hemos cogido para recorrer los cinco kilómetros que separan Knosos de Heraklion. Con él hemos pasado por diversas calles de la ciudad, con las correspondientes paradas para la subida y bajada de viajeros, hasta llegar veinte minutos después a la entrada del yacimiento. Como los centros culturales griegos abren sus puertas a las 08.00 h, siempre nos gusta ir temprano a visitarlos. Por dos razones, la primera para aprovechar mejor el día y evitar las horas centrales, con el Sol cayendo "a plomo", y en segundo lugar para no coincidir con las riadas de turistas que a ellos suelen acudir. Esta madrugada han arribado al puerto dos grandes cruceros, y a la entrada de Knosos nos hemos encontrado con la sorpresa de unas largas colas de cruceristas. Así que esta mañana hemos compartido nuestra visita con cientos de ellos.



Knosos fue la ciudad minoica mas grande de Creta, y está muy ligada no solo a la historia local sino también a la mitología griega. Su grandioso palacio tuvo una extensión de casi dos hectáreas. Actualmente se sigue excavando este yacimiento, y reconstruyendo las dependencias de palacio siguiendo las teorías actuales.



En este palacio había dependencias no solo para la corte, la nobleza y los sirvientes, sino también había templos y otros lugares de culto. Así mismo existían dependencias para los artesanos, que elaboraban y producían todo lo necesario para la vida cotidiana.



Éste es un yacimiento fotografiado hasta la saciedad, existiendo muchas imágenes, preciosas imágenes, subidas a la web. Actualmente, los elementos arquitectónicos, columnas o murales, que se encuentran en él son reproducciones de los originales, los cuales se conservan en el Museo Arqueológico de Heraklion.




Paseando por este emplazamiento coincidimos con un grupo español de cruceristas, cuya guía les dijo que no podrían visitar el museo de Heraklion ya que a las 11.30 h tenían que estar de regreso en el puerto. Es una pena, pero ese tipo de turismo tiene esas servidumbres.



Al terminar nuestro recorrido, volvimos a la parada del autobús, para regresar a la ciudad. Allí nos bajamos en la parada que está junto al museo. Su visita es muy importante, fundamental diría yo, para conocer la historia cretense. En efecto, no solo conservan en él objetos y elementos arquitectónicos originales de Knosos, sino también de Lato, Gournia y otros yacimientos de la isla. La visita ha sido impresionante dada la cantidad de material que en él se expone.




A las 11.25 HRB embarcábamos de nuevo, y tras preparar todo para zarpar, soltábamos amarras diez minutos mas tarde, levando sin problemas el ancla. Fuera de la bocana el viento era de 20 nudos, de componente NW, y con fuerte mar de fondo.




Hasta doblar Ak Stavros el viento y la mar eran de proa, entrando por la amura de estribor. En ese cabo hemos virado al W, y a las 14.20 HRB hemos izado génova en (35º 26´,0 N, 024º 55´,3 E). El viento había arreciado hasta fuerza 6, y teníamos fuerte marejada. Algo mas de una hora y cuarto después hemos entrado en Balis, una amplia cala que el derrotero inglés marca como un buen fondeo. Sin embargo, con la mar y viento de hoy no tenía mucho sentido fondear en ella, saliendo así rumbo a Rethimno.



A las 17.50 HRB entrabamos por la bocana de la marina municipal de ese puerto. Ayer, por teléfono le habían indicado a Jaime que debíamos amarrar en el primer pantalán, el mas externo, al llegar a puerto, En ese pantalán había mucho sitio, pero no nos ha dado mucha confianza tal como lo hemos visto. Por otro lado, dada la hora a la que hemos llegado, no había ningún marinero en esta marina, ni siquiera uno de guardia. Es inútil llamar por el canal 67 de VHF. El horario de trabajo - ¡en verano y en un lugar turístico! - había acabado a las 15 h, lo que a mi me resulta al menos "curioso" - por decirlo de forma cortés -. La verdad es que no entiendo el concepto de servicio al turismo que impera en Grecia....



A continuación, se ha baldeado el barco, y nos hemos duchado tranquilamente en el balcón de popa, puesto que éste es un puerto solitario a esa hora de la tarde. Solamente ha llegado un velero alemán, que tras dar una vuelta por la marina, ha optado por salir, por marcharse sin amarrar en ella.



Al caer la tarde hemos salido a visitar la ciudad. A la salida del puerto hay un puesto en el que se ofrecen excursiones en esos típicos trencillos. Una de ellas es al monasterio de Arkadi, que está a unos 20 km de la ciudad. Hemos reservado entradas para la excursión de mañana por la mañana.

Rethimno nos ha gustado bastante, mucho mas que Heraklion. Tiene un bonito puerto veneciano, y una gran fortaleza también de origen veneciano.



Las calles de la ciudad antigua tienen mucho encanto, y tras dar la vuelta a todo el perímetro de la fortaleza, situada junto al mar, entramos en esa parte de la ciudad. Allí hemos visto un restaurante con muy buena pinta, y nos hemos quedado a cenar en él. La cena de hoy ha sido una gran cena, para compensar pasadas comidas, mas frugales y tomadas con menos calma. Hemos tomado ensalada cretense, rumpsteaks y carne fileteada a la brasa, terminando con una crema de almendras como postre. Y hemos tomado un buen vino de Creta, cuya botella, al no haberla acabado, nos hemos llevado al barco. No ha sido una cena barata - y menos en términos griegos -, pero ha merecido la pena.

Al regresar al barco nos hemos encontrado que el muelle de espera de la marina es el lugar en el que los jóvenes organizan su "botellón". Así que hemos tenido un entretenimiento adicional, viendo como iban y venían coches llenos de jóvenes, con la música a tope, y viendo como se organizaban y deshacían esos grupos de chicos y chicas. A las dos de la madrugada ya no quedaba ningún joven en este muelle.





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