Singladura num. 4 Recalada en Kalimnos

Esta madrugada me he despertado a las 02.15 HRB, y me he levantado al escuchar el ruido de una rompiente. Al subir a cubierta he observado que habíamos garreado, hasta acercarnos a unos 20 metros de un acantilado de la orilla sur de esta ensenada. He bajado inmediatamente a la cámara, llamando a la puerta del camarote de Jaime. Nada mas ver él donde nos había llevado la suave brisa nocturna, ha puesto rápidamente el motor en marcha levando ancla. La búsqueda de un nuevo fondeo nos ha llevado bastante tiempo, ya que por un lado, la noche era cerrada, con una Luna de 5 días de edad - es decir, iluminando solo el 21% de su capacidad máxima - y que no se veía sobre el horizonte. Por otro lado, había muchos barcos fondeados, lo que dificultaba la localización de un lugar sin peligro motivado por posibles borneos. A las 03.00 HRB hicimos un intento, pero el lugar no era seguro al llevarnos la brisa muy cerca de un velero turco, en el cual escuchaban en cubierta, y a esa hora, música pop española. Tuvimos que levar de nuevo el ancla, y buscar otro lugar. A las 03.35 HRB echamos, de forma definitiva, el ancla en un lugar muy cercano a donde nos habíamos movido garreando unas horas antes, pero con una diferencia importante: ahora el hierro estaba firmemente agarrado al fondo.

En lugar de retirarnos a los camarotes, Jaime se ha tumbado en el asiento de babor de la bañera, y yo en el de estribor. Después de ver como se apagaba la iluminación del castillo, y del amanecer, he bajado al camarote a las 06.05 HRB para dormir un poco en mi litera.

Dos horas y media después nos sentábamos a la mesa para desayunar. En esta ocasión el desayuno típico del Roc Blanc II se ha completado con sobrasada mallorquina. La sobrasada cuando es de gran calidad - como la que Jaime lleva a bordo - es deliciosa. 

A las 09.45 HRB hemos levado ancla con rumbo SE, a la vecina isla de Kalimnos. A esa hora el viento era fuerza 6, de componente Norte, y con marejada fuera de la ensenada. Al venir el viento y mar por la aleta, hemos izado génova, primero como vela de apoyo, y después para continuar navegando solo movidos por la fuerza del viento.

A las 12.05 HRB doblábamos Ak Poundha, entrando en Ormos Palionisou. Al fondo de esta cala existen dos tabernas, cada una de las cuales tiene fondeadas varias boyas para uso de los barcos cuyas tripulaciones van a comer o cenar en aquellas.

Al acercarnos a una de las boyas de la taberna Kalindos, se nos acercó un bote cuyo marinero nos ha ayudado en la maniobra de amarre. Al terminar ésta le hemos pedido a ese mismo marinero que nos reservase una mesa, para cuatro personas, a las 20.30 h.

Después nos hemos estado bañando en esas azules y ligeramente frías aguas hasta la hora de la comida. Hoy hemos comido a bordo, y tras una, mas o menos larga, sobremesa nos hemos ido a dormir la siesta. Al levantarnos de ésta, de nuevo mas baños en esta bonita cala. Hasta la hora de la cena.

A las 20.30 HRB hemos botado el auxiliar, montado su motor fueraborda en posición, y zarpado hacia el embarcadero de la taberna Kalindos, la que habíamos escogido. La cena ha consistido en una fritura de pescado, unas berenjenas al estilo griego, calamares a la romana, meatballs - es decir, albóndigas - con verdura, calabacín, croquetas de queso y un delicioso cabrito asado con salsa de limón, para finalizar con sandía. La bebida ha sido tanto cerveza fría como vino. Y para terminar, unos chupitos de Ouzo.

Tres horas después salimos de esta taberna Kalindos intentando tomar unas copas en la otra taberna de esta misma cala, la que está situada en la orilla. Sin embargo, esta taberna estaba ya cerrada, y no tuvimos mas remedio que regresar a bordo. Dada la hora que era, no hemos izado el bote, que ha quedado amarrado a popa.

Después, una vez colocadas la colchonetas de los asientos de bañera, intenté poner música de mi IPod, pero éste se había descargado. Menos mal que Ángel lleva en su IPhone música, buena música, y nos ha puesto canciones de Leonard Cohen, además de otras también de buenos cantantes.