miércoles, 21 de septiembre de 2016

Visita al interior y costa S de Lasithi

La predicción meteorológica para hoy era peor que el tiempo que ayer tuvimos. Es decir, hoy se esperaba mas viento y mar que ayer. Por ello, la decisión de dedicar el día de hoy a visitar el interior y la costa S de esta provincia, Lasithi, ha sido muy acertada.

Tras formalizar Jaime la entrada del barco en esta marina, hemos ido a la agencia de alquiler de coches para recoger el que ayer habíamos reservado.



A las 08.30 h hemos salido del parking camino de Lato. A pesar de la recomendación del responsable del Rent-a-Car, hemos decidido cambiar el orden del itinerario. La razón del cambio ha sido el horario de los yacimientos arqueológicos griegos. En efecto, estos cierran a las 15 h, y si hubiéramos seguido la recomendación que aquel hombre nos dió, podíamos correr el riesgo de llegar tarde a alguno de los sitios que queríamos visitar hoy.




Por eso nos hemos dirigido en primer lugar a Katsia, para seguir por una carretera muy estrecha que sube hasta Lato. Ésta población está situada a una gran altitud, en las laderas de dos colinas, en una zona muy fértil de la isla. Desde su ubicación se divisa muy bien el Golfo de Mirabello. Y parece que Agios Nikolaos esta situado en las proximidades de donde estaba, en aquella época, el puerto de Lato.



Lato fue una población doria, cuyos restos están muy bien conservados.Los dorios tuvieron su presencia en Creta provenientes del Peloponeso, y antes de ello del norte de Grecia. Parece que los dorios tienen relación con la destrucción de la cultura micénica, pero ésto es, hoy por hoy, objeto de discusión entre los historiadores. Por otro lado, el territorio dominado por las gentes de Lato tuvo una extensión considerable.



Nosotros hemos dedicado un buen rato a recorrer este asentamiento, observando sus calles, sus muros, su foro y algunas columnas y otros elementos arquitectónicos , que aquí se mantienen bien.



Los importantes objetos que han encontrado en este asentamiento se conservan, hoy en día, en el museo de Iraklion.



Un hecho que sorprende es la escasa afluencia de visitantes, como indica la reducida dimensión del parking, en el que apenas caben unos pocos vehículos.

Desde Lato hemos regresado a Katsia, para volver a la carretera que nos ha llevado a Gournia, cerca del mar.




Éste es un antiguo poblado minoico, también bastante bien conservado. Y asimismo, escasamente visitado.



Es cierto que los objetos que se han encontrado en la excavación de este yacimiento arqueológico, al igual que en otros emplazamientos, se conservan en Iraklion, pero siempre es interesante pisar -  es decir, "vivir" - las calles y los demas espacios del poblado original.




En esta ciudad existía un importante palacio, al igual que en otras poblaciones de aquella época y cultura, del que solamente quedan los muros y otros vestigios de su construcción.



En Gournia estaban trabajando, en esos momentos, algunos arqueólogos, tomando mediciones topográficas.



Tras recorrer todo este yacimiento nos hemos ido a la costa sur de la isla. Para ello hemos escogido la carretera que va por la montaña. Es una carretera estrecha, con un trazado lleno de curvas, pero en la que existe un alto desde el que se divisan simultáneamente las dos costas, la del S y la del N. Esta es una bonita perspectiva. Sin embargo, a pesar de la altitud a la que está dicho lugar, la intensidad del viento era como a nivel del mar: muy, muy fuerte.

Llegados a Kalamafka bajamos directamente a Ierapetra, la ciudad mas importante en la costa S de Lasithi. La zona en la que está es una zona invernaderos, muchos de los cuales están abandonados y en muy mal estado. No es una vista muy atractiva.



En esa costa hemos llegados a Mirtos, población con una amplia playa. Esta playa no es de arena blanca fina, pero sí es una playa tranquila. Curiosamente no había muchos bañistas en ella.



Hacia tanto calor en Mirtos, que tomamos la decisión de buscar, para comer, una terraza de una taberna en la que al menos estuviéramos frescos. La calidad de la cocina no era, en ese momento, nuestra prioridad.



Durante la comida estuvimos viendo los vuelos de unos helicópteros que cargaban agua cerca de la orilla para apagar un incendio cercano. Al final la elección de taberna fue la adecuada, ya que estuvimos agradablemente sentados bajo una buena sombra y con suave brisa. Y ademas, en esa taberna también cocinan bien.

El regreso a Agios Nikolaos lo hemos hecho por la carretera mas directa. Antes de llegar a nuestro destino hemos pasado por un hiper, internacional, para avituallarnos. En el puerto, hemos acercado el coche hasta el mismo barco, facilitando así la descarga de la compra.

Después hemos descansado un rato a bordo, antes de salir a pasear por esta ciudad. En el edificio de los servicios - lavadora, duchas, etc. - de la marina había la típica estantería con libros en varios idiomas. Son libros que dejan los navegantes una vez ya los han leído, tomando a su vez otros que previamente han dejado otros navegantes. De esta forma, no aumentan el lastre de su barco, y pueden leer muchos mas libros. Yo he cogido dos pequeños libros del filósofo griego contemporáneo Nikos Dimou, que parecen muy interesantes.

A la hora de cenar teníamos la disyuntiva entre repetir el restaurante de ayer, o arriesgarnos por otro distinto. Y hemos decidido repetir, pues era un buen restaurante. Charlando con el dueño, nos ha dicho que lleva 33 años con este restaurante, y nos ha explicado el significado del nombre Oufo To Lo: en el dialecto de su pueblo, al W de Creta, ese nombre significa "Lo que te gusta". Y esto tiene sentido, bastante sentido, tal como cuida la cocina.

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