viernes, 16 de septiembre de 2016

Singladura num. 10 Kasonisia

Nada mas levantarme he ido a dar una vuelta por Fri, la capital de Kásos. En realidad es un pueblo grande, en el que reside la mayoría de la población de esta isla, aunque existen otros pequeños núcleos poblacionales. En ella he visto algún edificio, en un estado bastante deficiente, de estilo art decó, o "entre guerras", reflejo de la época italiana, en la primera mitad del siglo XX. Este estilo está muy extendido en Leros, como ya vimos.



Cerca de la iglesia está la dársena pesquera, en la que una embarcación estaba saliendo a faenar cuando yo llegué a allí. Me imagino que muchos otros pesqueros estarían a punto de regresar a puerto, ya que lo habitual es que salgan de madrugada, para volver con sus capturas a primera hora de la mañana, y vender enseguida su pesca en la lonja del pueblo.



Después del paseo, una vez a bordo, hemos desayunado, tomando hoy la deliciosa sobrasada mallorquina. Al finalizar las tareas diaria de limpieza y estibaje de la vajilla y cubertería utilizadas, nos hemos duchado en el balcón de popa disfrutando de los casi treinta grados de temperatura que teníamos a esa hora.



Queríamos llenar de nuevo el depósito de agua antes de zarpar, pero hemos comprobado que nuestra manguera no llegaba hasta la torreta de agua del muelle. Por eso, a las 08.30 HRB hemos llevado el barco hasta abarloarnos a un velero con casco amarillo, el Viva Solo, que está abandonado. Por el lugar de matriculación, Delaware - ese estado USA con una fiscalidad beneficiosa -, se trataba de un barco turco, dedicado al chárter.




A las 09.45 HRB hemos salido por la bocana de este puerto, rumbo Armathia, la mayor de las islas de Kasonisia, un pequeño archipiélago del Dodecaneso. Es un archipiélago que está situado frente a Kásos, a muy pocas millas al W, como bien indica su nombre. En una de sus calas fondeábamos tres cuartos de hora después. En esa cala ya estaba un velero con pabellón norteamericano, y tripulado por un matrimonio mayor, al cual acompañaba un perro de gran tamaño.



La playa que teníamos frente a nosotros era una playa amplia, de arena blanca. Este es un pequeño paraíso, sin turismo masivo, debido muy probablemente a su lejanía de destinos turísticos mas importantes. 


A las 10.40 HRB echábamos el bote al agua, y Jaime y Fernando se prepararon para ir a pescar con caña a una zona muy rocosa de esta isla, situada a media milla al NE, a la vuelta de una punta.



Desgraciadamente, no solo no pescaron nada, sino que perdieron cebos y plomos. En estas islas del Dodecaneso hemos visto muy poca pesca, donde solo los pescadores locales conocen los bancos de pesca, allá donde emplear sus artes. Quizás, no lo sé, esa ausencia de pesca se deba a las enormes profundidades de los fondos muy cerca de la misma costa, prácticamente junto a ella.





Tras esa frustrante experiencia, se fueron a una de las playas de esta isla, para explorarla directamente. Las aguas de Armathia son increíblemente transparentes, al igual que en muchas otras islas griegas. Y su temperatura es muy buena, mas bien fría. Por eso da mucho gusto bañarse en ellas, ya que te refrescan y te "dejan como nuevo", en esa expresión tan española. En una zona de tanto calor como Grecia, esto es fundamental.

Después de comer hemos estado descansando, leyendo y yo también escuchando música. Y después, nuevos baños, para mitigar el fuerte calor de las horas centrales del día, en la que el Sol "cae a plomo". Por eso, en esas horas lo mejor es estar en el agua, esperando a la caída del Sol para ir a visitar otras playas de esta isla.



A las 19.00 HRB nos hemos embarcado de nuevo en la zodiac, partiendo hacia la costa W de Armathia, en la que las playas son especialmente largas.



En la arena, una arena muy fina, de dichas playas se ven multitud de pisadas, tanto de personas como de aves. Al no existir mareas y estar la mar en calma, esas pisadas pueden ser de hace varios días o incluso mas tiempo.



Al fondo se ve Kásos, isla en que destaca la ausencia de arboles, como también sucede en Armathia, Ésta es una isla abandonada, aunque en el pasado no muy lejano sí debió estar habitada. En efecto, aquí existe una casa, cuya cocina esta parcialmente equipada. Por el tipo y estado de la instalación eléctrica, Jaime, como experto ingeniero, estima que es una casa de hace menos de treinta años.




Las rocas de esta isla son de una composición muy variada, incluyendo el mármol. Todas ellas muestran una gran erosión tanto por el efecto del viento como por el embate del mar. En cualquier caso, la cantidad de mármol existente en esta pequeña isla no parece justificar su extracción , al contrario de lo que sucede en otras islas de este entorno geográfico, como Thasos al N de Egeo.




En el centro de esta isla existe una laguna natural, que constituye otro pequeño atractivo geográfico.

A las 20.00 HRB regresábamos al barco, colocando el fueraborda en el púlpito de popa, izando el bote y colocándolo en su posición en cubierta. Media hora después tomábamos un aperitivo, al que ha seguido la cena, consistente hoy en una deliciosa coca de trampó mallorquina.

Y para finalizar el día hemos escuchado música de mi IPod, un IPod que un jóven empleado de una tienda Apple tachó, con un cierto tono despectivo, de vintage por tener mas de cinco años. En secuencia aleatorizada hemos escuchado valses vieneses, a Pavarotti, a Elvis, a los Sabandeños, etc.

Hoy ha sido un día de relax en este pequeño paraíso, antes de saltar a Creta.

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