lunes, 26 de septiembre de 2016

Singladura num. 16 Rumbo Soudha

Esta mañana había que formalizar la entrada en el puerto ya que ayer por la tarde la oficina estaba cerrada. Esta marina municipal, en contra de lo que ha escrito algún navegante inglés, está bien, aunque es verdad que carece de servicios, salvo agua y luz. Después del desayuno, Jaime se ha dirigido a dicha oficina, quedando con Fernando y conmigo a las 09.35 h en el kiosko de la excursión al monasterio de Arkadi.



Dada la distancia hasta el monasterio, 22 km, yo tenía dudas sobre el vehículo que íbamos a utilizar, pero pronto se disiparon esas dudas: el trenecillo. Nos habían dicho, en el momento de vendernos los tickets que sería una hora el viaje de ida, además de hora y media la visita. El tren salió bastante puntual con los turistas que subimos a él en esa parada inicial. Sin embargo, después fue recorriendo la ciudad cogiendo a otros turistas en los diferentes hoteles.



Para subir hasta el monasterio, situado a una altitud de 500 m, el tren tuvo que circular por una carretera cuyas pendientes no fueran muy pronunciadas, ya que su motor no tiene mucha potencia. Al final, fue una hora y tres cuartos lo que duró dicha subida.



Este monasterio fue fundado por los venecianos, como muestra claramente su estilo arquitectónico. Está situado en una región muy montañosa, con altos picos, entre los que está aquella montaña en la que se dice creció Zeus



La importancia de este monasterio radica en su participación en el levantamiento contra el imperio otomano a mediados del S. XIX. Levantamiento que fue totalmente aplastado, pero constituyó un hito histórico para los griegos, en general, y los cretenses, en particular.



A mi me ha gustado mucho la iglesia, que dispone de dos naves paralelas, unidas sin separación alguna, y con dos altares, ocultos actualmente por los respectivos iconostasios. También es interesante la visita a alguna otra dependencia, tal como una celda de los antiguos monjes.



A parte de ello, solo existe una exposición de grabados antiguos con las imágenes de combatientes griegos de aquel levantamiento. Es un monasterio que merece la pena ver, aunque la visita se puede reducir a una hora, mas o menos.



La zona en la que está ubicado es una zona fértil, con extensos campos de olivos. En la isla de Creta crecen 35 millones de olivos, muchos de los cuales son centenarios, pero otros no. 



Los olivos mas jóvenes son regados con el sistema gota a gota, que optimiza el consumo de agua, pero que llena esos campos con mangueras todas las cuales parten de unos sistemas de grifería múltiple. El camino de vuelta ha sido a través de una carretera con mayor pendiente, y solo ha llevado una hora y cuarto de tiempo. Esta ha sido mi primera experiencia con este tipo de vehículo, y espero que sea la última, aunque todos sabemos que nunca se puede decir eso de "de este agua no beberé".



Al llegar a Rethimno hemos decidido comer en una taberna frente a la playa para así poder zarpar pronto. La playa es una playa muy larga, ancha y con arena blanca muy fina. Parece que esta es una zona donde desovan tortugas marinas.



Eran las 15.25 HRB cuando hemos soltado amarras. La brisa era fuerza 3, suave, y la mar rizada. Diez minutos después de pasar la bocana hemos izado mayor y génova, con las que hemos navegado las siguientes dos horas.

Poco después de doblar Ak Dhrepanon entrábamos, a las 18.05 HRB, en Ormos Soudhas. En medio de esa amplia ensenada hay un islote, Nisís Soudhas, a partir del cual hasta hace unos años había un canal de paso balizado. Este canal restringía la navegación al centro de la ensenada, pero en estos momentos ya han retirado aquellas balizas.



Al fondo de la ensenada está un pequeño puerto pesquero, frente a cuya bocana hemos fondeado a las 19.15 HRB. A pesar de estar cerca de unas marismas, hay frecuentes bandadas de pajarillos que vuelan en busca de capturas, los pequeños mosquitos, por lo que estos no llegan al barco.



Para cenar Jaime ha preparado un estupendo risoto de frutos de mar. Y en la sobremesa hemos tomado unos gin-tonics, escuchando música de Mª Dolores Pradera. Al final también hemos puesto alguna salsa cubana.

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