jueves, 29 de septiembre de 2016

Singladura num. 18 Rumbo Kíthera

Esta mañana ha amanecido con alguna nubosidad, viento fuerza 3, de componente N, y mar de fondo.




Tras llenar los depósitos de agua, hemos soltado amarras a las 09.00 HRB. 



Nuestra idea inicial era la de arrumbar Andíkithera, aunque recalar a media mañana en una cala cercana a Ak Spathi para pasar ahí la mañana.



Poco mas de una hora mas tarde hemos izado mayor y génova, ambas con un rizo. El viento era de fuerza 4, con marejadilla a marejada, y navegamos a partir de ese momento de ceñida cerrada.

Al llegar a la altura de la cala en la que pensábamos fondear, hemos visto que eso no era recomendable dada la mar y viento que en ella entraba. Hemos optado, por tanto, por continuar navegando rumbo Andíkithera.

A las 12.00 HRB, en (35º 42´,4 N, 023º 43´,5 E), con viento fuerza 5 y componente NE, y marejada hemos quitado los rizos, navegando con todo el trapo desplegado. Sin embargo, una hora y media después, en medio del Estrecho de Andíkithera, hemos tenido que volver a rizar ambas velas: el viento había subido hasta fuerza 6, y teníamos fuerte marejada a un descuartelar por estribor. Al cruzar ese estrecho, abandonábamos el Mar de Creta para entrar en el Jónico.

Andíkithera es la isla en la que a principios del S.XX se descubrió en un pecio del S.I a.C. - y a una profundidad de 30 m - un astrolabio de bronce para el cálculo de los movimientos del Sol, la Luna y otros astros. Este descubrimiento mostró el nivel de conocimientos astronómicos que tenían los griegos en aquella época. Aunque existen dos tipos de astrolabios, el náutico y el terrestre, supongo - pero es una mera suposición - que se trata de un astrolabio náutico. Este instrumento se conserva actualmente en el Museo de Atenas.

En esa isla, Andíkithera, teníamos previsto - de acuerdo con nuestra planificación inicial de esta travesía -, recalar para pasar la noche. El estado de mar y viento de hoy nos ha hecho desistir de ello dada la orientación de la cala a la que teníamos que ir. Y hemos seguido navegando rumbo Kíthera.



A las 17.45 HRB a unas dos millas del puerto de Kápsali, al S de Kíthera, hemos arriado velas, metiendo motor. En total han sido siete horas y medias y casi 54 millas a vela, lo que es una gozada. En ese tiempo solo nos ha acompañado el ruido del viento y de la roda cortando la mar. Ha sido una de esas navegadas que dejan un maravilloso sabor de boca a un navegante.




En nuestra aproximación al puerto hemos visto como a un velero griego, que arribaba antes que nosotros, un policía de puerto le negaba la posibilidad de atracar en el extremo del muelle. Esa parte del muelle estaba libre aunque había vallas que restringían el paso. Por ello hemos decidido ir directamente al centro de la rada, y fondear allí, a las 18.20 HRB, cerca de un velero alemán.



Cerca de esa posición, (36º 08´,6 N, 022º 59´,9 E), está el acantilado en cuya cumbre se encuentra el castillo veneciano de Kíthera, la villa sobre el puerto. 



En otro de los frentes de esta rada está una extensa playa, con edificaciones a lo largo de ella. Y a su espalda en un alto, en la falda de la montaña, existe un pequeño monasterio.

El resto de la tarde lo hemos pasado bañándonos, y después descansando. Llegada la hora de la cena, como hoy hemos comido unas rápidas pizzas, horneadas, y fruta, la cena ha sido menos frugal, tomando arroz con frutos de mar y rollo de carne asada.

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