martes, 13 de septiembre de 2016

Singladura num. 8 Arribamos a Kárpathos

Como en este puerto teníamos la posibilidad de cargar agua, hemos llenado de nuevo uno de los depósitos, cuyo nivel había bajado de forma clara. Las duchas consumen bastante agua, y no sabemos cuando arribaremos a otro puerto en el que tengamos agua en el muelle. Eran las 07.40 HRB cuando hemos soltado amarras, con rumbo Kárpathos. A las 08.00 HRB el viento era fuerza 3 subiendo a 4, de componente W, y con marejadilla.



Solo una hora después el viento ha arreciado, alcanzando fuerza 5, y la mar que ya teníamos era marejada. A las 10.00 HRB la fuerza del viento había subido ya a 6. A partir de ahí nos hemos encontrado con áreas de fuerte marejada. El rumbo era 235º, directos a la punta N de Saria, la pequeña isla situada junto a Kárpathos. De hecho a ambas las separa un estrecho canal, en el que la profundidad es mínima. Para estabilizar el barco, aunque vamos a motor, hemos izado el génova con dos rizos. A las 10.00 HRB hemos desayuno lo que solemos tomar en días de mala mar: café y galletas, de forma que el estómago se mantenga caliente.

A las 11.40 HRB muy cerca ya de Saria entrábamos en una zona a sotavento de la isla, por lo que el viento ha caído un poco, aunque seguía soplando fuerte. Veinte minutos después hemos entrado en el canal que separa Saria de Kárpathos, navegando con cuidado ya que hay zonas de bajo calado, escasamente 3,5 m. Las cartas marcan una profundidad algo mayor, por lo que hay que tener especial cuidado: esa profundidad es suficiente con mar en calma, pero con oleaje, puede ser peligrosa puesto que no se ve bien el fondo rocoso.



Al salir del canal hemos virado al S, para entrar en Ormos Tristoma, una ensenada del N de Kárpathos. Tras recorrerla hasta el final, hemos buscado un buen sitio para fondear, el cual hemos encontrado cerca de la salida de la cala. El fondeo lo hemos completado a las 12.40 HRB. En esta amplia cala hay varios edificios al fondo de ella, pero la mayoría de ellos están cerrados. Por otro lado, en toda la ensenada la mar entrante ha removido el fondo, estando el agua muy turbia, por lo que hoy no nos hemos bañado ahí.



La comida de hoy ha consistido en filetes de pollo albardados, con ensalada de tomate con alcaparras, y fruta, acompañado todo de ese vino blanco frío, que tan bien entra con estas temperaturas. Y después, café con un poco de whisky, para iniciar la sobremesa, una divertida sobremesa. Al ir a levar ancla nos ha sobrevolado una pequeña bandada de seis bonitos flamencos.



A las 16.20 HRB hemos levado ancla, volviendo a cruzar, ahora de W a E, ese estrecho canal entre las dos islas, con especial cuidado en la zona de bajos. Ya en la costa E de Kárpathos hemos bajado con rumbo S muy cerca de la costa.



Al estar a sotavento, la mar había bajado muchísimo, pero el viento seguía entrando, canalizados a través de los valles de la isla, con fuerza 6, y con unas rachas todavía mas fuertes. Sabemos, como ya hemos comentado en otras ocasiones, que en las islas griegas los sotaventos son muy peligrosos por la intensidad de los vientos que llegan encañonados entre las altas montañas existente en esas islas.



A pesar de tener la intención de recalar hoy, para pasar la noche, en algún fondeadero de esta costa, ésto no nos ha parecido viable. Las playas existentes son de canto rodado, y los fondos de piedra, lo que complica el fondeo en su proximidad, sobre todo en días de mucho viento, o de mala mar. Por ello hemos decidido continuar hasta Pigadhia, la capital de la isla.



Tras atracar en el puerto, en el muelle el que que estaba un velero, Jaime ha ido a Capitanía a hacer la entrada en el puerto. Yo mientras tanto he ido en busca de un cable para mi IPod, el cual no he podido utilizar estos días pasados por haberse descargado, y encontrándome la desagradable sorpresa de que me había dejado en Madrid el cable para poderlo cargar.



Desde hace mucho tiempo, me gusta informarme, en los lugares que visito, en las farmacias, ya que los farmacéuticos conocen muy bien las ciudades en las que esta su farmacia. Ademas tienen un buen nivel de vida, lo que hace que conozcan los buenos establecimientos, sobre todo los buenos restaurantes. Y tienen la ventaja de ser unos comerciantes que dan valor al coste de las cosas. Por ello me dirigí a una farmacia próxima, y una joven farmacéutica me indicó donde podía encontrar ese tipo de cables.



Una vez adquirido el cable, regresé al barco, y conecte el cargado. Jaime nos dijo que en Capitanía le habían indicado que toda la tripulación debía ir allí, con su documento de identidad, para fotocopiarlo. Y así hicimos. Parece que somos los primeros españoles que arribamos a este puerto. Desde luego no es un puerto al que lleguen muchos veleros o motoras, como vimos estos días, a pesar de ser una isla muy turística.

A la hora de la cena hemos ido a una de los tres tabernas que me recomendó aquella farmacéutica. Hemos elegido la de cocina karpathiani, taberna que al llegar estaba a rebosar. Ya que estamos en esta isla, lo mejor es probar su gastronomía. Hemos cenado a base de mezze, o sea aperitivos o entrantes. Son como nuestras tapas. Hemos tomado una pasta que denominan makarounes - que no tienen nada que ver con nuestros macarrones -, mejillones con saganaki, stifado de cerdo, ensalada de berenjenas. rollitos de arroz con carne, sardinas marinadas, para terminar con sandía, yogur griego con miel y minibaklavas. La experiencia no nos ha satisfecho mucho, pero había que probarlo, pues siempre es interesante conocer la gastronomía de allí por donde se pasa.

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